Polonia reforzó la seguridad de su frontera con 15.000 militares para contener la masiva llegada de migrantes de Bielorrusia y acusó a Minsk y Moscú de organizar una crisis en las puertas de Europa.
Desde hace ya varios días, miles de personas se agolpan, en plena ola de frío, en la frontera de Polonia. Y en las últimas horas las autoridades polacas confirmaron la detención de casi 100 personas, en su mayoría kurdos de Medio Oriente.
Esta acción fue orquestada, según denunciaron Polonia, la Unión Europea (UE) y la OTAN, por el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, un aliado de Rusia que busca atraer a migrantes de Oriente Medio a su país para luego enviarlos a la frontera con Polonia, en represalia por las sanciones de la UE impuestas por la represión a la oposición tras la elección presidencial de 2020.
«Hay entre 3.000 y 4.000 personas que se encuentran cerca de la frontera polaca. Además, en toda Bielorrusia, hay al menos varios miles preparados para atravesar el borde fronterizo. Al mismo tiempo, nuestros servicios secretos nos informan de que se están organizando continuamente traslados desde los países árabes, lo que aumenta el número de personas en Bielorrusia y que luego intentarán cruzar la frontera», advirtió el portavoz del Gobierno polaco, Piotr Muller.
En tal sentido, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, denunció «un ataque híbrido masivo sin precedentes» en la frontera con Bielorrusia, aunque aclaró que está “preparado para contener y evitar el ingreso de esas personas a su país».
El coronel Marek Pietrzak, portavoz de las Fuerzas de Defensa Territorial polacas, confirmó que tiene 15 mil hombres «listos para movilizarse de inmediato todas las veces que sean necesarias».
Por su parte, el primer ministro, Mateusz Morawiecki aseguró que Polonia «no se dejará intimidar» y «defenderá la paz en Europa» con sus «socios» de la Unión Europea (UE) y la OTAN.
Justamente, Jens Stoltenberg, el secretario general de la OTAN, expresó «todo su apoyo a Varsovia en esta crisis».
Polonia, ante esta situación, cerró completamente el tráfico civil de las carreteras de la zona donde se produjeron esos incidentes, una medida aún más estricta que el estado de emergencia vigente desde el 2 de septiembre en los casi 200 municipios fronterizos con Bielorrusia.